Con una población de poco más de tres millones de personas y cerca de un millón de armas de fuego en manos de civiles, Uruguay es el país América Latina con mayor cantidad de armamento por habitante. De acuerdo al Registro Nacional de Armas, tan solo entre 2005 y 2009 la importación creció un 335 por ciento, lo que hoy se traduce en un aumento de violencia e inseguridad.
Para combatir esta problemática y evitar que siga creciendo el mercado ilegal, hace pocos días el Ministerio del Interior uruguayo presentó la campaña Armas por la vida, que convoca a los ciudadanos a entregar sus armas para darles a cambio bicicletas o computadoras escolares del Plan Ceibal.
La propuesta, que busca ser el puntapié inicial para concretar el plan de desarme en la sociedad, fue pensada como el canje de un arma por otra: un arma para el conocimiento, en el caso de la computadora, y un arma para el esparcimiento, el ejercicio o el trabajo, en el caso de la bicicleta.
Para que esto sea posible, el Ministerio de Turismo será el encargado de trabajar con los fabricantes e importadores de bicicletas, mientras que el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) hará lo propio con las computadoras del Plan Ceibal.
La campaña, que ya fue oficializada por el Gobierno, se desarrollará de manera paralela a la iniciativa Tenencia responsable, que busca informar y capacitar a aquellas personas que tengan un arma o quieran adquirir una para que lo hagan cumpliendo con todos los requisitos legales. Asimismo, el Congreso se encuentra próximo a aprobar la nueva ley, en la que se prevén sanciones más duras para quienes no tengan la tenencia legal. Tras su promulgación, los ciudadanos tendrán un plazo de seis meses para entregar su arma o legalizarla.
Más allá de que la iniciativa fue bien recibida en varios sectores de la sociedad uruguaya, como es el caso de la Asociación de Lucha para el Desarme Civil, algunos más escépticos creen poco probable que los delincuentes entreguen sus armas por bicicletas o computadoras.
Sin embargo, esta propuesta es una réplica de campañas exitosas ya realizadas por otros países, como es el caso de México, que a fines de 2012 implementó la iniciativa Por tu familia, desarme voluntario y canjeó armas de fuego por bicicletas, computadoras y dinero.
En cuanto a su impacto ambiental y social, no hay que descartar que de tener éxito Armas por la vida podría poner en circulación cientos de bicicletas más en las calles de Uruguay. Sin embargo, para promover su empleo como medio de transporte aún el Gobierno nacional debe implementar políticas públicas destinadas a mejorar la infraestructura para ofrecer mayor seguridad a los ciclistas.
¿Qué opinan de esta medida?
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